viernes, 29 de mayo de 2009

Crónica Madrid 28-05-09 San Isidro

Capilla de Salvador Cortés

SAN ISIDRO: COGIDO SALVADOR CORTÉS EN TARDE SIN TOROS
MARIANO ALIAGA / HIDROCALIDO

Ibamos ayer a la plaza con cierto aire de tristeza, recordando el gravísimo percance de anteayer y pensando lo que podría tener en la cabeza Israel Lancho si estuviera despierto, cuando el toro te parte el pecho y te arranca parte de las ilusiones guardadas dentro. La verdad y la injusticia de la profesión, esa que te devuelve a la realidad del peligro siempre presente con la guadaña cargada en la espalda dispuesta a soltar el certero golpe. Ahora, sedado en la UVI en estado muy grave, no puede pensar, pero después tiempo tendrá de hacerlo y deseamos que para bien. Vaya nuestra fuerza y energía para verle pronto otra vez de luces. También sedado parecía hoy el público excepto el de la voz oculta, sentada y arropada del 7 que no se volvió a escuchar después de la absurda cornada a Salvador Cortés, será porque antes el cobarde repitió en cada pase el "miau" del gato como desprecio al toro, olvidando que esos también hieren y a Cortés hasta veinte centímetros en el muslo, "miau". La crítica procede si se arrebata la autenticidad del espectáculo, pero en el momento y las formas oportunas según marca la riqueza de nuestra fiesta. Protesta sí, respeto al que está delante para luego juzgar, también.
Absurda, deciamos, la cornada de Cortés porque ese tercer toro manso y soso no merecía cazar presa. Ninguno lo merece, evidentemente, pero el bravo o encastado es más capaz. A pesar de los defectos, el sevillano interpretó los mejores muletazos de la tarde, citando de lejos y entendiendo las distancias, sin que el tendido lo apreciara hasta que después del percance el animal pareciese otro en manos de Encabo, encargado de finalizar la faena, poniendo en apuros al madrileño en su cortísima labor, trasteo y espada.
Su primero era también del hierro anunciado Cebada Gago que volvia a Madrid después de casi dos décadas y trajo en el camión ocho toros de los que rechazaron cinco por lo que la corrida fue más que remendada, repartida, con otros tres, los últimos, de Guardiola. Gracias, empresa y veedores, enhorabuena por la selección. Con él, Encabo poco pudo hacer en la muleta porque el que hizo la estatua fue el toro, inmóvil. Antes, en banderillas se pudo ver lo más destacable y hasta un susto en el segundo par escapando de la cornada haciendo el rodillo después de ser arrollado al clavar.
En el lidiado en quinto lugar, que era cuarto en orden normal, por el percance del compañero, lo mejor fue la colocación, cruzándose en el primer muletazo, para luego caer en terrenos alejados escasos de transmisión, como su oponente, ejemplo de sosería. Lo peor, fueron diecisiete descabellos que necesitó para finalizar su labor.
Fernando Cruz tuvo una digna actuación en su primero, haciendo justo lo que se debía ante tanta mansedumbre, ponerse e intentarlo. Al principio con la diestra queriendo templar y aguantando los derrotes a mitad del pase y después por el izquierdo donde era imposible.
En los otros dos resultaba imposible el lucimiento ante un conjunto de carne casi sin vida, como sin casta.
Ovacionado y obligado a saludar gorrilla en mano el monosabio Luis Durán al quedarse solo sujetando el caballo en la parte contraria durante algunos minutos, aguantando el empuje del toro encelado con el peto, tras caer por delante el picador.
Curiosidad, el anunciado cuarto se llamaba Pincha-Pies, mientras que en el programa de mano aparecía Picha- Pies. Y no solo eso, el sexto tenia por nombre Cipotillo. Evitemos el chiste facil y pensemos en errores de imprenta, pero las risillas surgieron en el tendido, entre el aburrimiento general de la tarde.

FICHA

22ª SAN ISIDRO, casi lleno

3 toros de Cebada Gago (1º, 2º, 3º)
3 toros de Guardiola (4º, 5º, 6º)

Luis Miguel Encabo, silencio, silencio tras aviso en el lidiado por Cortés y pitos tras aviso
Fernando Cruz, silencio tras aviso, silencio, silencio
Salvador Cortés, herido

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